¡Hola!
Desde un lugar más íntimo te comparto algo de mi historia personal.
Mi recorrido a lo largo de estos años, marcado por una continua búsqueda interior, me llevó a indagar a través de formaciones y de la autoinstrucción en temas de psicología, desarrollo personal y espiritualidad. Mi inquietud ha estado particularmente precedida por los tropiezos con los que me ha encontrado la vida, y la oportunidad que me ha regalado de resurgir una y otra vez. Uno de los mayores aprendizajes ha sido NO dejarme vencer y saber que soy la única responsable de crear una vida con sentido para mí misma.
Reconozco que he sido muy afortunada, tuve una infancia feliz y una familia que siempre me ha apoyado. Sin embargo, a medida que me convertía en mujer algo en mí se "desajustó", así que empecé a vivir en continua insatisfacción conmigo misma. Esto me llevó a una profunda desconfianza de mis propias destrezas e intuición...
Mi “forma de escape” fue a través de la comida, así que empecé a construir una relación que aparentaba un “gran control y fuerza de voluntad”, pero que tras el telón era una desgastante restricción, rigidez y autolimitación. Caí en un trastorno alimentario que se convirtió en mi infierno e irónicamente en “mi refugio”, para no enfrentar lo que no podía pero luchaba por “controlar”: la perfección en todas las aristas de mi vida.
Entre mi curiosidad y la determinación de salir adelante, siempre bajo el prisma de descubrir quién soy realmente y qué puedo ofrecer, hoy puedo decir que el proceso de sanación ha sido largo y duro pero profundamente gratificante. Con la bendición de la vida, recibí apoyo no sólo de mi familia, también de profesionales y maestros espirituales, sin los cuales el camino habría sido mucho más tortuoso. Me encanta tener la confianza para testificar que es posible recuperarse de un trastorno alimentario, así como es posible sanar cualquiera sea la relación que se tenga con la comida, con el propio cuerpo y con la vida misma. Los momentos dolorosos no se acaban, pues son parte del viaje, pero aprender a navegarlos es parte del encanto.
Sé que aún tengo camino por recorrer en este misterio que se llama vida, pero me llena de alegría y gratitud saber que he podido descubrir y aprender cosas que pueden servir de guía e inspiración para otros y que puedo seguir aprendiendo juntos a ellos. Hoy soy capaz de honrar mi pasado y pisar firme en mi presente para un futuro que no sé qué me depare, pero que sin duda estaré más preparada para afrontar.
En donde te encuentres, te ofrezco mi comprensión y compasión.
¡Gracias por leerme!
Cristina A.
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